Hoy tocaba escribir además de leer y de compartir.
Ha sido un día bonito de eso, de compartir lecturas,
poesías, de compartir letras, fotos y al fin y al cabo, momentos.
Yo os aconsejo leer todos los libros que caigan en vuestras
manos. Todos, sin excepción. Cada libro llega en el momento en el necesitemos
de él.
En mi caso ha habido pocos libros que haya dejado en la
estacada, pero tengo algunos pendientes en la librería de casa esperándome.
Me he dado cuenta de la cantidad de libros que tengo cuando
he tenido que hacer mudanza. Y precisamente mi casa está llena de estantes para
ser llenados de libros. Es mi pasión, darme la vuelta y ver libros que me acompañan.
Justo hace unos días abría unas cajas y… ¡sorpresa!. Mis
libros de la época de colegio e instituto, los clásicos, los juveniles, los de
filosofía que cuando me los tenía que leer no terminaba de entender y ahora me
pirro por volver a cogerlos.
Están a la espera de ser ordenados, pero mientras dedico
estos días a adentrarme en La melancolía,
de Espido Freire, que además guardo como oro en paño porque tiene una bonita
dedicatoria de cuando aún se podía ir a presentaciones de libros y podías ver a
los autores tan cerquita. Me está
pareciendo absolutamente delicioso.
Justo ahora también estoy adentrándome en Encantado de conocerme, de Borja
Vilaseca. Un profundo viaje al fondo de mí misma a través del Eneagrama. Lo recomiendo al cien por
cien, pero como os decía más arriba, os llegará en el momento justo.
Y cómo no, mi querido Màxim. Comenzando esas primeras
páginas de su última novela que compartió hace poquitos días por sus redes, Con el amor bastaba. Deseando tenerlo en
mis manos y que acompañe al resto de sus compañeros. De Màxim Huerta los
recomiendo todos: Una tienda en París,
París será Toujurs París, Mi lugar en el mundo eres tú, Intimidad improvisada,
No me dejes, La noche soñada, Firmamento, El susurro de la caracola (este
lo acabé llorando como una magdalena mientras se hacía un bizcocho en el
horno), Que sea la última vez (me reí
muchísimo), y Elsa y el mar, un libro
infantil que a mi hija le encanta escuchar y que nos lleva al mundo de los
sueños y la ilusión. Pero sin duda, La
parte escondida del iceberg es rotundo y sobrecogedor por cómo se abre el
autor con los lectores. Éste también lo tengo dedicado y aún siento esa emoción
de estar tan cerca del autor mientras firmaba mi ejemplar.
Así que leed, leed todo, porque os despertará sentimientos y
os hará viajar y soñar. Qué bonito regalo son los libros. Gracias a quienes los
escriben.
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