Ayer os contaba que si estos días los estás pasando en casa con niños, a aburrirte no dará mucho tiempo. Pero si el caso es que estáis solos, el tema es bien diferente. Tenemos una cultura de salir. A trabajar, a tomar café, a reunirnos, al gym, o al yoga, o por supuesto, al bar a tomar una cervecita. Y ahora, de pronto, tenemos que parar. Nuestra agenda está vacía, nuestra rutina ha desaparecido. Y no sabemos muy bien qué hacer. Yo no soy experta en estos temas, pero bien es cierto que me replanteo mis días y hago que sean valiosos, que cuenten. Que cuando esto acabe por supuesto voy a ser la primera en querer salir, pero mientras no podamos, creo que lo mejor es aceptarlo y sobre todo, ayudar fuera quedándonos dentro, y ayudarnos a nosotros. Soy de las que piensa que esta crisis nos va a cambiar, y mucho. Nos está cambiando ya. Así que dedicaros tiempo quienes podáis, cantad bajo la ducha aunque desafinéis, haceros un homenaje cada vez que toque comer, que no sea só