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A mi mamá



Hoy ha sido el Día de la Madre. Y no la he visto. No pasa nada. Nos llevamos en el corazón, y sé que hay mucha gente que no puede verlas ni hoy ni otros días por diferentes circunstancias. Es curioso, hoy la he felicitado por Whats App, hace tiempo ni lo habría imaginado.

Es cierto eso de que el “Día de” es algo que puede parecernos mediático, comercial o lo que queramos. Pero no es menos cierto que en muchos casos nos ayuda a acordarnos de cosas, ¿no? Si no, ¿para qué celebramos los cumpleaños, los aniversarios, y tantas cosas? A mí que me encanta celebrar cosas, me encantan también los “días de”.


Pero claro, no podemos dejarlo sólo para ese día. Como siempre he dicho de las amistades, que hay que cultivarlas día a día, pasa con todas las relaciones humanas. Así que es un buen día para acordarnos de nuestras madres, pero no el único.

Y todo esto viene porque no la he visto. Pero da igual. La veré mañana, o pasado, o la vi ayer. Lo importante es dónde llevamos a las personas. Cómo las sentimos, cómo las recordamos y qué nos aportan.

Y mi madre es tanto para mi… Hemos pasado por muchos momentos. Unos más unidas, otros menos. Pero sé que siempre, siempre, siempre va a estar ahí. Para lo que sea que la necesite. Incluso aunque no comparta mis decisiones o acciones. Sé que está ahí. Y lo sé porque yo también soy madre y eso se sabe.

Porque mi madre es la que me trajo al mundo, y la que aún 32 años más tarde me sigue guiando en mi camino.

Por eso, y por todo, feliz día, mamá. Este y todos los de nuestra vida.

GRACIAS POR TODO. 

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